Cuadernos hechos a mano



Muchos dibujantes e ilustradores, como Jose Naranja, realizan ellos sus mismos cuadernos de bocetos. La razón, muchas veces, es que no existe en el mercado el cuaderno que ellos buscan, bien sea por su papel, tamaño, o forma de costrucción.

A mí me gustan mucho los cuadernos tamaño A6 compacto, suelen ser fáciles de transportar, y sus hojas, totalmente en blanco, de gran calidad. Pero además de su precio, muy elevado, uno de sus defectos es que sus grapas tienden a oxidarse. Y ese es un gran problema si lo sueles usar en el exterior (y en una tierra con mucha humedad en el ambiente, como es esta).




Así que con el paso del tiempo acabé haciendo también mis propios cuadernos. El proceso suele ser algo laborioso, y admito que a veces no les presto mucha atención (porque cuando los acabo no los guardo, sino que retiro sus hojas, las recorto, y reaprovecho las tapas), por lo que no siempre salen perfectos, pero me da un poco lo mismo porque cumplen perfectamente su función, que es lo que, al fin y al cabo, interesa.

El cuaderno que utilizo debe cumplir, eso sí, una serie de requisitos (y eso es algo personal y depende de cada uno, por lo que he dicho antes), como por ejemplo un tamaño que se acople bien al estuche de dibujo que suelo utilizar (éste va perfecto). También tiene que tener unas tapas muy duras, de plástico (los que se comercializan suelen tener tapas de cartón), que pueda flexionarse pero que resista doblarse. Por supuesto, sus hojas tienen que ser totalmente en blanco, y no muchas (no me gustan los cuadernos con infinidad de hojas, me resulta más práctico cuadernos con pocas cantidad de hojas para poder hacer breves monotemas de dibujos, por ejemplo), y con la superficie algo rugosa (las superficies finas de muchos cuadernos hace que los fineliners, con los que suelo trabajar, tarden más en secar).



Y finalmente, un aspecto muy importante: deben tener grapas de cobre o, al menos, recubiertas. La razón es que así no se oxidan, y puedo fácilmente extraer las hojas una vez el cuaderno esté completo sin encontrarlas llenas de óxido, y recortarlas para guardar, fotografiar, o lo que sea menester.

Como he dicho, no es el cuaderno perfecto y seguramente no ganará el premio al mejor diseño, pero es funcional, y eso es lo importante.