Seguramente todos tengamos a Carioca en nuestros recuerdos de los años más infantiles no por sus lápices de colores, sino por sus rotuladores. Pero por supuesto el fabricante italiano -que, como tantos otros, ya no fabrica en Italia- tiene también sus propios lápices de colores. Bajo el slogan a toda caja "Brilliant Colors", utilizado también por otras marcas como Bic, y en una caja con una ventana en la parte inferior en forma de sonrisa, Carioca asegura que son unos colores no solo brillantes, sino resistentes. La verdad es que sí, y no. Sí que son resistentes, su mina es realmente dura (no tan dura como la de Bic, pero sí son duros), pero brillantes no tanto. Como en tantos otros fabricantes de este estilo, la pigmentación de sus lápices deja bastante que desear.
Incidiendo sobre ésto, sobre su pigmentación, son unos lápices que podríamos catalogar en un término medio entre Alpino y Maped. No son tan blandos como los Alpino, pero tampoco tan durísimos como la piedra que son los Maped o los Bruynzeel. Por supuesto, no llegan a tener la calidad de los Pelikan, y eso queda demostrado nada mas ver el precio, ya que los Pelikan son -ligeramente, eso sí- más caros. Se podría decir que más o menos son similares a los Staedtler, pero sin tener la calidad que los germanos desprenden por los cuatro costados.
A pesar de ser una marca italiana, como dijimos los lápices de colores no están fabricados en Italia, sino en Tailandia. Al menos no es China, pero siguen siendo asiáticos y aprovechándose de la mano de obra barata (y los bajos precios) de esos países para fabricar allí. Otro aspecto negativo es que la madera de sus lápices tampoco está certificada, no se sabe si viene de bosques protegidos, de cultivo sostenible, o de dónde viene. Y si no la certifican es porque seguramente provenga del sitio menos respetuoso -medioambientalmente hablando- que te puedas imaginar.
En cuanto a los colores del pack, hay que agradecer sus rojos, que son muy bonitos, así como los verdes, e incluyen además un verde khaki (oliva, "militar") no muy visto. Rojos incluyen nada menos que cuatro, con diferentes tonalidades, pero la parte negativa es que a cambio pierdes un rosa claro. Cierto que tienen dos rosas -o mejor dicho: parecen rosas-, pero uno de ellos, el más oscuro, realmente colorea como un rojo, quedando únicamente un rosa que encima es demasiado fuerte y no puedes aprovechar para tonalidades de piel. ¿Por qué digo esto? Porque, como suele ocurrir, el color piel que trae es enormemente duro y pálido, muy poco utilizable, y casi parece un blanco oscurecido que un color rosado-anaranjado-claro para piel. Se podría haber salvado la situación (o paliado, al menos) si en Carioca hubieran ofrecido eso, un color intermedio para usar, como un rosa muy claro, pero no lo han hecho, de modo que, como ocurre en casi todas las marcas, nos quedamos sin un color piel realmente útil.
Otro de los puntos flojos de Carioca es el gris, que es demasiado oscuro. Hubiera estado mejor que ofreciesen un gris más claro que se puede aprovechar más como sombras y para superficies, que no uno tan oscuro, que en ocasiones tiende demasiado a parecerse al negro.
También es otro fallo garrafal el amarillo, que ofrecen dos en el pack de 24 -que es el que he probado-, y aunque exteriormente en el lápiz aparezca dos tonalidades, una más oscura y otra más clara, sobre el papel son prácticamente idénticos y a no ser que repases con varias capas y presiones con fuerza, no se notan apenas, por lo que uno de esos dos amarillos que ofrecen sobraría. Hubiera sido más acertado que hubieran eliminado un amarillo -el más claro- y en su lugar hubieran incluido o un rosa claro, o un gris claro, se hubiera enriquecido el pack considerablemente y sería muchísimo más útil.
Respecto a los azules, el azul claro que ofrecen es realmente claro, es muy pálido, cuesta sacarle color. Sin embargo los colores morados y azules oscuros que ofrecen están muy bien y tienen buen escalonamiento en su pigmentación entre unos y otros. Exteriormente los dos morados se confunden, ya que tienen el color de la madera muy parecido, cuando en realidad al pintar son claramente diferentes. Carioca debería haber elegido tonalidades más acertadas de exterior que coincidieran mejor con la pigmentación, porque en casi ninguno de ellos el color exterior de la madera coincide con el color de la mina al pintar sobre el papel.
Por último, los marrones siguen la línea del resto: están bien, pero uno se queda con esa sensación de "resquemor", como si faltara algo al usarlo. Y es que son colores que no acaban de dar satisfacción, son diferentes pero demasiado iguales en sus tramos cromáticos, exceptuando en los verdes.
Por todo ello, ¿los recomendaría? Mi respuesta es que no. Y no los recomiendo por varias cuestiones. Una de ellas su fabricación: Tailandia. Por un precio de sólo unos pocos céntimos más tenemos lápices de colores hechos en Europa con mucha mejor calidad (Stabilo, Pelikan, Staedtler...). Otra de las razones de no aconsejar esta marca es que no certifican la procedencia de la madera. A estas alturas, todos los fabricantes deberían tener sello de certificación en todas las maderas que comercializan en sus lápices. Y por último, porque sus pigmentaciones son claramente mejorables. Tienen colores que no se aprovechan y que los comprarás para nada, porque los tendrás de adorno: el color piel, el azul demasiado claro que casi no deja color, y sobre todo el amarillo. Luego los marrones no te satisfacerán. Si en tal caso yo solo los compraría por los rojos, que son bonitos, pero creo que otras marcas que hay en el mercado ofrecen rojos preciosos (Pelikan, por ejemplo) con el resto de colores mucho más aprovechables.
Por último, los colores Carioca, marca de la compañía italiana Universal S.p.A., en el pack de 24 cuestan 3,50 €. Se pueden encontrar fácilmente en muchas tiendas, aunque, por desgracia -que yo sepa- solamente se pueden adquirir en cajas de cartón, no hay opción de cajas metálicas. En el mismo pack se adjunta un sencillo sacapuntas, quizá para consolarte un poco y que uno no acabe con la sensación de haber tirado el dinero.
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