Tras ver mi cuaderno del otro día alguien se echó las manos a la cabeza y decidió regalarme un pack de cuadernos Moleskine, en concreto los Plain Journals o "cuadernos de viajes" con páginas blancas.
Como de Moleskine supongo que más o menos sabéis todos su historia, que parte cuando Bruce Chatwin les comenzó a denominar "moleskine" en los ochenta, y que compraba en la librería de "La calle de la Anciana Comedia", y que apreciaba hasta tal punto que, cuando comenzaron a escasear, decidió adquirir todos los que consiguió encontrar. En el año 1997 unos italianos deciden lanzar Moleskine como marca apropiándose de esa leyenda/historia, e imitando a los antiguos cuadernos. A un precio exagerado (esa es la verdad), comercializan ahora toda una serie de productos de papelería.
Estos cuadernos están compuestos de 64 páginas en papel de gran calidad, de un tamaño algo mayor del que suelo utilizar (9x14 cm), aunque aún así caben en mi estuche de dibujo, y vienen en un pack de tres. El papel es grueso y de grano, bastante sólido, aunque por desgracia posee un acabado amarillento que hace que cueste sacarle mucho el color, sobre todo si, como en mi caso, habitualmente coloreas con lápices de dibujo (otra cuestión es que lo hagas con fine liners, por ejemplo los EMOTT de UNI, más recomendable).
Son unos cuadernos útiles, pero desde luego estos Moleskine yo no me los compraría. Hay marcas con precios más competitivos en el mercado y de una calidad similar, y obviamente aquí pagas eso, la marca, y bastante menos el cuaderno. Aún así su acabado, y el color de sus tapas, me gustan mucho, aunque como he dicho el papel amarillento no es precisamente de mi mejor agrado.